Caminar, una actividad sencilla y al alcance de todos, podría ser una poderosa aliada de la salud y la longevidad. Según una investigación observacional difundida por The Washington Post y basada en datos del UK Biobank, caminar 15 minutos continuos al día puede tener un impacto profundo en el sistema cardiovascular y en la prevención de muertes prematuras.
El estudio, liderado por el profesor Emmanuel Stamatakis de la Universidad de Sídney, analizó durante casi diez años los hábitos de más de 33.000 personas mayores de 60 años que no practicaban ejercicio formal y caminaban menos de 8.000 pasos diarios.
Los resultados fueron contundentes: quienes realizaban caminatas continuas de al menos 15 minutos redujeron a la mitad su riesgo de enfermedades cardiovasculares y presentaron una menor tasa de mortalidad general, comparados con quienes caminaban de forma intermitente o menos tiempo seguido.
Stamatakis explicó que, aunque “más actividad siempre es mejor”, el patrón de movimiento también importa. Las caminatas prolongadas activan con mayor intensidad los sistemas cardiovascular y metabólico, generando adaptaciones beneficiosas que los paseos breves no consiguen.
La investigación clasificó a los participantes según su caminata más larga del día: 5 minutos o menos, 10 minutos, y 15 minutos o más. Los beneficios aumentaron proporcionalmente con la duración de la caminata, incluso cuando el total de pasos diarios era similar.
El científico del ejercicio Darren Warburton, de la Universidad de Columbia Británica, calificó los hallazgos como “muy relevantes” y destacó que incluso las personas más sedentarias pueden obtener grandes mejoras al incorporar caminatas continuas en su rutina.
Los mayores beneficios se observaron en quienes daban menos de 5.000 pasos diarios, pero lograban realizar caminatas de 10 o 15 minutos seguidos. Para este grupo, el impacto positivo fue desproporcionadamente alto, reduciendo significativamente el riesgo de enfermedad cardíaca y muerte prematura.
Los especialistas recalcaron que toda actividad física es beneficiosa, incluso en pequeñas dosis. Sin embargo, caminar más tiempo seguido potencia los efectos positivos.
La profesora I-Min Lee, de la Universidad de Harvard, enfatizó que “cualquier cantidad de actividad física es buena”, pero que las caminatas prolongadas ofrecen una ventaja adicional para la salud y la longevidad.
Los expertos sugieren aprovechar momentos cotidianos para moverse más:
Sustituir breves traslados en vehículo por caminatas.
Programar pausas activas de 10 o 15 minutos durante el día.
Aumentar gradualmente el ritmo y la duración del paso.
Aunque muchos no alcanzan los 150 minutos semanales recomendados, pequeñas adaptaciones diarias pueden marcar una gran diferencia. El mensaje final de los investigadores es claro: moverse más, aunque sea poco, siempre será mejor que quedarse quieto.




